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sábado, 12 de junio de 2010

Zinedine Zidane: dos cabezazos, dos destinos divergentes

(Mi primer post en Escribir el Mundial en verdad se ubica en el borde anterior: es una crónica escrita apenas terminada la final del 2006)


Sobre el final del primer tiempo suplementario, ZZ abrió el balón con la clase de siempre a su derecha. Francia desde comienzos del segundo tiempo dominaba territorialmente el juego, y sólo le faltaba una mayor cuota de agresividad (un fenómeno muy francés, el de la "peruanización de su fútbol": mucho toque, mucho dominio, mucha técnica, pero poco punch). Pero esta vez ZZ ínvitó con su pase a la subida de Willy Sagnol, y buscó el área. Willy tiró el centro medido que superó a un defensa azurro para encontrarse con la carrera de ZZ. Si ZZ es genial, es porque es un jugador completísimo: a diferencia de Maradona, cabecea muy bien. Y eso sucedió: el cabezazo de ZZ fue una suerte de penal. La pelota salió con fuerza singular, y el vuelo de Buffon y su atajada con una mano (una de las mejores del campeonato, sin dudas) evitó lo que hubiera sido, con toda seguridad, el gol del torneo.

Pero mucho más que el gol del torneo. Buffón evitó lo que pudo ser el trampolín de ZZ no sólo al estrellato en Alemania 2006; ZZ, en el partido final de su carrera, inmediatamente hubiera quedado consagrado, sin posibilidad de discusión, en el podio de los más grandes jugadores de la historia, junto a Maradona y Pelé. Aún más: imagino que no hubieran faltado las voces que reclamaran, acaso con alguna justicia, que ZZ es el más grande jugador de todos los tiempos.

¿O acaso no hubiera sido absolutamente consagratorio sacar a Francia campeón por segunda vez en su historia? ¿Qué jugador salió dos veces campeón como ZZ? Sólo Pelé. Todavía más: ¿QUE JUGADOR HA TENIDO UN PROTAGONISMO TAN GRANDE EN DOS FINALES DEL MUNDO COMO ZZ? Ni Maradona, ni mucho menos Cafú u algún otro pentacampeón brasilero. ZZ HUBIERA CONSEGUIDO EL RECORD DE SER EL JUGADOR CON MAS CONQUISTAS EN FINALES DEL MUNDO (4). ZZ, qué duda cabe, se instalaba en el cielo de los cielos.

Pero Buffón sacó la pelota al corner. Y unos 10 minutos más tarde, quiensabeporquémotivo, ZZ daba otro cabezazo. Deben pasar muchas cosas en la vida de una persona que se sabe vista por dos mil millones de personas. Hay que empezar a considerar el miedo escénico como un ingrediente central en los Mundiales de fútbol. Pero no sabemos qué fenómeno habrá ocurrido con el gran ZZ.

Lo cierto es que ese otro cabezazo sobre el mediocre Materazzi (le habrá insultado la madre, la esposa, o algo?), selló en un instante ese otro destino para ZZ.

Lástimísima. Pero parece que la primacía de ese segundo cabezazo sobre el primero se ajusta mejor a un Mundial que ha sido cualquier cosa menos justo, cualquier cosa menos lindo.

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