.

sábado, 19 de junio de 2010

Mundial de locos

17 de junio de 2010- Barracas- Hospital psiquiátrico Infanto Juvenil- 8:15 am.

Hace una semana ya se había anunciado que se suspendían todas las actividades de Docencia en el hospital, dado que en el aula magna iba a proyectarse el partido.
Con resignación de horario municipal, acepté que iba a verlo ahí. Después me pregunté qué pensaba yo acerca de la suspensión de todas las actividades institucionales (también escuelas, universidades) por el partido de fútbol.

La mañana está fresquísima, en sintonía sudafricana.

Firmo la entrada en "profesionales 3" en mi página, la 153.
A las 8:20, me sorprendí porque eramos cinco gatos locos. Cuando sonó el himno, ya casi todas las sillas estaban ocupadas. Algunos se paraban para acompañar la música. Al comienzo del partido, noté que nunca había habido tanta convocatoria en el aula de Docencia.
Un café, un mate, uniformes de los empleados de limpieza, de la seguridad de la puerta, uniformes médicos, uniformes de cocina, medialuna de manteca, la jefa de Hospital de Día (La Organizadora) empezaba a relinchar (no es metáfora) parada frente al cañón. Los nuevos, los viejos, el director, la Vice, la mafia de mantenimiento y si Maradona se habrá puesto la misma camisa o será otra, o si era botox.
El noventa y cinco porciento de la platea, es femenina. No, no es como verlo en tu casa porque aqui la gente HABLA, comienza el monólogo susurrante y constante -de ahi en más- de la jefa de consultorios externos, sentada a mi lado. Y de ahi en más, un gritar inexplicable frente a cada acercamiento al área (a cualquiera de las dos).

Qué lindo es Higuaín. Qué espalda tiene Jonás. Qué ajustada es la camiseta. Qué bueno está el arquero coreano. Ni soñar con escuchar a Latorre o al Enzo, perdidos entre los nervios de las 150 personas colmadas.

La Organizadora sigue gritando, y cada tanto, un silencio mientras prepara su próximo intento de chiste. Les gritan a los demorados que quieren sentarse en primera fila y dibujan sus cabezotas en la proyección. La Organizadora exclama "Ahora, todos visualicen" (?) y el 10 de Corea se hunde en el gol en contra.
Y de ahora en más, el chiste devenido cábala es "visualicen".

Heinze en cámara lenta
Tevez en primer plano, lentísimo.
Qué linda es esa cámara aérea. Y la del ángulo del arco. Y cuánto lo queremos a Messi, somos como madrazas.
Y la cámara suspende el tiempo y muestra como Heinze saca la lengua al cabecear.
Maradona hace jueguito y lo aplaudimos.

Los grititos y las cornetas sudafricanas me dejan afónica.
Y visualicen.
Gol
Gol y fin del primer tiempo.

Visualicen el muslo lesionado de Samuel, gol, gol. Gritamos de pie, nos abrazamos los enemigos teóricos, los uniformes jerarquizados, los de las miradas soberbias y los que no dejamos de incomodarnos en este mundito de psiquiátrico. Aplaude la que se declaró "antimaradoniana" (sí, es posible fundar esa iglesia), trina el brasilero que se declara indiferente al fútbol. La Organizadora organiza las canciones fanáticas del triunfo y todos de pie, con la sola luz de la proyección.

Y qué pienso yo de la suspensión de clases, de asistencia, del ver un partido de nuestra selección con otros, de montar una escena que nos apasiona, nos enlaza, nos identifica... pienso que apena no tener otros eventos, comunes, aunque por fuera de lo cotidiano que logren las comuniones que allí se producen, y que sino podrían llevarnos toda la ordinaria vida.

El 4 a 1 nos deja felices. Danzando en la locura, la dejamos adentro de las salas de internación, donde están los niños locos. Porque los locos están siempre en otra parte.

1 comentario: